Preocupaciones comunes en el trabajo.
En la actualidad es la estabilidad que pueda ofrecer la organización que después de la crisis del 2010 se muestra como una necesidad prioritaria, “afuera” hay competencia y las posibilidades de despidos aún siguen latentes, aunque esto depende mucho del sector productivo del que hablemos. La amenaza ante un despido genera tensión ante las responsabilidades que tienen los empleados de cubrir las necesidades básicas.
Retomando lo anterior, la incertidumbre de estabilidad económica, demandas altas de tareas que no son resueltas y se acumulan, el escaso tiempo disponible, problemas con los compañeros o jefes, políticas rígidas en las organizaciones que no les ayudan a cumplir metas, falta de conocimientos y habilidades para enfrentar las responsabilidades, estructura organizacional que valora más los resultados que al factor humano, irrespeto a la vida personal con horarios extraordinarios de trabajos y escaza comunicación no sólo de los planes y futuro de la organización sino también de los detalles productivos que les permiten entender su trabajo.
Problemas de salud generados a raíz del estrés y el agotamiento.
El estrés es natural y es un mecanismo de adaptación del cuerpo para poder responder a las circunstancias, quizá el concepto está mal entendido popularmente, y con mucha más razón las personas no logran identificar cuando este se convierte en perjudicial para la salud. Cuando nuestros mecanismos naturales de afrontamiento activan el estrés se le denomina como un estado de alerta donde tu cuerpo equilibra tu “química interna” para poder hacerle frente a la situación, si el estímulo o circunstancia sigue estando presente durante más tiempo tu cuerpo “resiste” aún, ésta es la segunda etapa; sin embargo, si el estímulo persiste y tu cuerpo ha “agotado” sus recursos la manifestación puede ser el distrés, el cual si es perjudicial para la salud. Llegado a este punto nuestro cuerpo enferma en dos vías: fisiológica o psicológicamente. Entre los efectos más normalizados están la irritabilidad, falta de energía, tensión muscular, vulnerabilidad, fatiga crónica, insomnio, trastornos gastrointestinales, incapacidad para concentrarse, etc.
También cabe mencionar que las consecuencias van más allá de los problemas de salud, sino también se presentan a nivel interpersonal como lo son el deterioro de la vida familiar o de pareja, relación con amigos o compañeros, la falta de energía podría converger con problemas económicos o asuntos pendientes sin resolver, etc.
Soluciones para implementar.
Entre las más inmediatas: práctica de ejercicio físico y hábitos saludables que van desde el horario de descanso hasta la alimentación. Buscar apoyo de otras personas cuando el estresor sea el trabajo acumulado, permitirse lapsos de descanso de 5 a 10 minutos cada 2 horas, incorporar variedad en las tareas del día, analizar su rutina diaria e identificar cuáles acciones puede modificar, involucrarse en actividades no racionales que le permitan librarse de presión mental, tales como salir a caminar y ciertos tipos de entretenimiento por diversión y juego.
Técnicas.
Entre las técnicas más utilizadas está el stretching, una rutina de ejercicios de estiramiento en donde se permita liberar la tensión muscular principalmente, pero no debemos olvidar que el estrés se manifiesta predominantemente en términos fisiológicos o psicológicos (sin que signifique una exclusión de una con la otra), por lo que la técnica a utilizar debe estar cuidadosamente seleccionada según la naturaleza de las labores.
Otra técnica utilizada es el descanso mental y fisiológico, por lo que algunas empresas brindan incluso un lugar exclusivo para una siesta corta después del almuerzo. También la respiración profunda fuera de los estímulos estresores es una solución alternativa.
Estas técnicas si bien es cierto logran un efecto sobre los niveles de tensión, son alternativas indirectas; considerando que el distrés tiene lugar cuando las demandas ambientales son superiores a las habilidades del individuo (cognitivas, conductuales, emocionales) lo más directo consiste en enseñarle a los individuos las habilidades que no poseen, que pueden ir desde las creencias y percepciones que procesan de las circunstancias hasta las respuestas que ejecutan ante los estresores.
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