Como adelgazar en un mes

Puedes perder 5,44 kg (12 libras) en 1 mes si reduces el número de calorías que consumes cada día y aumentas la cantidad de tiempo que te ejercitas. Para perder 5,44 kg (12 libras) en 1 mes, ten como meta perder 1,36 kg (3 libras) a la semana durante 4 semanas. Antes de comenzar un plan para bajar de peso, habla con tu médico para asegurarte de que estés lo suficientemente saludable para bajar de peso y de que realmente necesitas perder 12 libras.


Parte 1 de 3: Establece tus objetivos


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Entiende cómo funciona la pérdida de peso. Con el fin de perder peso, necesitas quemar más calorías de las que consumes cada día. Puedes lograr esto reduciendo calorías de tu dieta y quemando calorías con ejercicio.
0.45 kg de peso (1 lb tiene 3,500 calorías. Así que con el fin de perder 1,36 kg (3 libras) a la semana, necesitarás reducir tu consumo de calorías a 10,500 calorías por semana o 1,500 calorías al día.



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Obtén una imagen realista del número de calorías que consumes cada día.Con el fin de descifrar cuántas calorías puedes cortar de tu dieta de manera realista, es una buena idea calcular cuántas calorías consumes actualmente.
Podrías pensar que sólo estás consumiendo 2,000 calorías cuando en realidad estás consumiendo 2,200 cada día. Así que si quieres perder peso rápidamente, es importante tener una idea exacta de cuántas calorías necesitas recortar de tu dieta.
Puedes calcular tu consumo diario de calorías comiendo de forma normal, pero haciendo una nota de lo que comiste exactamente. Además, necesitarás especificar exactamente cuánto comiste. Por ejemplo: media taza de maní salado u 8 oz de café con leche con toda la grasa. Luego puedes usar una tabla de calorías por internet para calcular tu consumo total de calorías diarias.


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Adapta tu plan de pérdida de peso a tu situación particular. Cada persona es diferente, así que es lógico que el mismo plan de dieta no funcione para todos. En particular, es importante considerar tu consumo de calorías o peso inicial con el fin de desarrollar un plan de pérdida de peso realista (y seguro). Por ejemplo:
Si tienes un sobrepeso significativo y consumes más de 3,000 calorías por día, debería ser relativamente fácil cortar 1,500 calorías o más de tu dieta diaria.
Sin embargo, si por lo general sólo consumes cerca de 2,000 calorías por día, podría ser difícil cortar 1,500 calorías de tus comidas sin sentirte cansado o sin energía.
Si este es el caso, apunta a reducir tu consumo de calorías de aproximadamente 1,050 a 1,200 calorías por día, ya que esta es la cantidad mínima necesaria para mantener los niveles de energía en alto. Luego puedes simplemente perder algunas calorías más con ejercicio.


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Mantén un registro diario de los alimentos. Ya que estás empezando tu plan de pérdida de peso, es una buena idea mantener un registro diario con el fin de seguir la pista a la cantidad de alimentos que comes cada día.[2]
Asegúrate de enumerar cada bocado único que pasa por tus labios, no olvides contar cada cuadrado disimulado de chocolate o puñado extra de nueces. Cuando fallas en seguir la pista exacta de tus hábitos alimenticios, sólo te estás engañando a ti mismo.
Al escribir lo que comes, te estás haciendo responsable. En efecto, los estudios han demostrado que las personas son menos propensas a comer algo en el primer lugar que encuentren si saben que tienen que escribirlo después.
Además de escribir lo que comiste, también trata de hacer una nota de cómo te ‘’sentiste’’ cuando comiste. ¿Te sentiste enojado, molesto, aburrido, cansado? Hacer una nota de tus sentimientos te ayudará a reconocer patrones en tus comportamientos alimenticios, lo cual es el primer paso para cambiarlos.


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Pésate una vez por semana. Con el fin de seguir en el ritmo de tu plan de pérdida de peso, es importante monitorear tu progreso. Puedes hacerlo pesándote de forma semanal.
Se recomienda que evites pesarte diariamente, ya que tu peso puede fluctuar de un día a otro y ver que tu peso permanece en la misma escala (o peor: sube) puede llevar a desanimarte y causar que pierdas motivación.
Pésate el mismo día cada semana. Trata de hacerlo a la primera hora de la mañana, antes del desayuno. A esta hora es cuando tu cuerpo está en su peso más bajo.
Podría ayudar tener a alguien más como testigo. Esto podría motivarte a trabajar más duro durante la semana, ya que sabrás que hay otra persona que te controla si no has alcanzado tu meta.

Parte 2 de 3: Altera tu dieta


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Come tres comidas al día. Uno de los errores más grandes que muchas personas que están en dieta cometen es saltarse las comidas para reducir calorías. Esta es una mala idea por varias razones:
En primer lugar, saltarse las comidas te dejará sintiendo constantemente con hambre y desprovisto, haciendo que sea más probable que te des un atracón de comida después en el día, o que simplemente renuncies a tu dieta por completo.
En segundo lugar, saltarse las comidas te hará sentir cansado y sin energía, lo cual es malo para la productividad de tu trabajo, tus niveles de estrés y tu motivación para ejercitarte.
Es importante comer con frecuencia en el día incluso para mantener los niveles de azúcar en la sangre y tu energía en alto. Es especialmente importante tomar desayuno (la comida que más comúnmente se salta) ya que hace arrancar tu metabolismo y te prepara para el día.
Para mantenerte fiel dentro de tu límite de 1,200 calorías, consume tres comidas de 400 calorías cada día. En términos de cantidad, deberías tomar un gran desayuno, un almuerzo mediano y una pequeña cena. Este simple cambio por sí solo puede ayudarte a perder peso.


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Aférrate a las proteínas magras y las verduras. Dentro de lo posible deberías tratar de quedarte con las proteínas magras (pollo, pavo, pescado, carne roja magra) y verduras (brócoli, espinaca, col, espárrago y lechuga) cuando intentes perder peso.
Evita los carbohidratos simples (los que se encuentran en productos como el pan, la pasta y el arroz blanco) ya que estos tienden a desencadenar tu apetito, causando que comas más.
Según los expertos en pérdida de peso, si permaneces comiendo vegetales verdes y proteína magra en la mayoría de comidas, puedes perder tres libras en una semana.[3]


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Deja las bebidas llenas de calorías. Evita las bebidas azucaradas, como jugo o gaseosa, y toma agua pura en su lugar si deseas perder peso rápidamente. Puede que no te des cuenta, pero podrías estar consumiendo como 250 calorías extra en bebidas azucaradas diariamente.
Si el agua pura te aburre, prueba con agua mineral o té helado sin azúcar. Los tés de hierbas son la mejor opción si te provoca una bebida caliente, aunque el té negro y café también son aceptables. Evita los cafés con leche, capuchinos y las bebidas preparadas con café, ya que también contienen toneladas de calorías.
También deberías restringir la cantidad de alcohol que consumes. Un simple vaso de 6 oz de vino rojo contiene 150 calorías. Además, beber afecta tu juicio, haciéndote más propensa a darte un atracón de esa bolsa de papas fritas que has estado evitando toda la semana.


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Piensa en el reemplazo en lugar de la eliminación. No necesitas morir de hambre para perder peso, sólo necesitas hacer mejores elecciones.
Cambia una papa habitual por un camote, que tiene más fibra y vitaminas. Come pollo o pescado en lugar de carne roja grasa. Come lentejas o quinua en lugar de arroz y pasta.
En lugar de una galleta o una rebanada de torta como postre, come un puñado de bayas o una manzana en rodajas. Las frutas contienen azúcar natural, que va a satisfacer tu afición a los dulces sin apilar las calorías.


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Usa trucos para perder peso. Hay muchos trucos para perder peso que pueden ser útiles cuando tratas de restringir los alimentos:
Bebe un vaso de agua antes de cada comida. A veces cuando piensas que tienes hambre, en su lugar realmente sólo estás ansioso. ¡Beber un vaso lleno de agua antes de cada comida te hará sentir con menos hambre y también te ayudará a mantenerte hidratada!
Usa un plato más pequeño para tus comidas. Aunque pareciera lleno de comida el plato en realidad tendrá considerablemente menos comida que cuando usabas un plato grande.
Coloca todo lo que comes en un plato o en un tazón. Cuando comes papas fritas u otros refrigerios directo del paquete, es fácil comer demás, ya que no tienes manera de rastrear cuánto has consumido.
No comas después de las 6 p.m. Comer una cena tarde o comer un refrigerio antes de acostarse es el mayor culpable de ganar peso, ya que tu metabolismo tiende a disminuir al final del día. Comer una cena más temprano, y luego no comer pasada las 6 p.m. (o al menos cuatro horas antes de acostarse) puede ayudarte a conseguir tu meta de pérdida de peso.


Parte 3 de 3: Ejercítate para perder peso


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Añade ejercicio o actividad física a tu rutina diaria. Si bien cambiar tu dieta es el aspecto más importante para perder peso, el ejercicio también juega un rol significativo.
Como estás intentando perder bastante peso en una cantidad limitada de tiempo, no serás capaz de reducir el total de calorías que consumes sólo con la dieta (sin morirte de hambre). Necesitarás usar el ejercicio para compensar el resto.
El número actual de calorías extras que necesitarás quemar cada día para perder peso depende de cuántas calorías cortas de tu dieta. Si bajas de 2,200 a 1,200 calorías, tendrás que quemar unas 500 calorías extra.
El número de calorías que quemas con ejercicio depende de tu peso y metabolismo. En promedio, una persona puede quemar 731 calorías en una hora corriendo una milla en 10 minutos.


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Haz ejercicio cardiovascular al menos cuatro veces a la semana. El ejercicio cardiovascular es el mejor tipo de ejercicio para perder grasa, ya que quema lo máximo de calorías y ayuda a aumentar tu ritmo cardiaco.
Para perder 12 libras en un mes, necesitarás hacer de 30 minutos a una hora al día de ejercicio cardiovascular moderado a intenso.
Lo que cuenta como “moderado a intenso” variará dependiendo de tu nivel de condición física actual, pero una buena regla de oro es que deberías comenzar a sudar dentro de los primeros minutos de ejercicio y mantenerte sudando durante tu entrenamiento.
Algunas buenas actividades cardiovasculares incluyen caminar/trotar/correr (dependiendo de tu condición física), nadar, remar y manejar bicicleta.
Sin embargo, una larga hora de clases de baile o una tarde jugando frisbee también te dará un buen ejercicio cardiovascular y ¡puede ser mucho más divertido!


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Procura el entrenamiento de intervalo. El entrenamiento de intervalo es una técnica de ejercicio que involucra alternar entre periodos de alta y moderada intensidad de actividad. Esto permite que trabajes más duro y que quemes más calorías que las que normalmente quemarías.
Por ejemplo, alternar entre un minuto de correr a tu ritmo máximo y luego hacer dos minutos de una carrera más lenta es mucho más efectivo para quemar calorías que correr a un ritmo constante durante tu entrenamiento.
Puedes usar el entrenamiento de intervalo en casi todo tipo de ejercicio cardiovascular. Para leer más acerca del entrenamiento de intervalo, dale una mirada a este artículo.


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Haz entrenamiento de fuerza. El entrenamiento de fuerza o peso no es tan efectivo para quemar calorías como el ejercicio aeróbico, pero aun así es extremadamente beneficioso.
El entrenamiento de fuerza te ayuda a sacar músculo y a subir tu metabolismo. Esto te permite quemar más calorías de forma natural, incluso en reposo. El entrenamiento de fuerza también te ayuda a tonificar y reducir, haciéndote lucirmás delgado, incluso si tu peso sigue siendo el mismo.
Los ejercicios de entrenamiento de fuerza como las sentadillas, el esgrima y el levantamiento de pesas son grandes ejercicios para todo el cuerpo para hombres y mujeres. Si no estás familiarizada con estos ejercicios, es una buena idea agendar una sesión con un entrenador personal que pueda mostrarte cómo llevarlos a cabo de manera segura y efectiva.
Trata de incluir dos o tres sesiones de entrenamiento de fuerza en tus entrenamientos semanales. Te dará un descanso del ejercicio cardiovascular, mientras aún te ayuda a perder peso.


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Ejercítate temprano en el día. Mientras para más tarde dejes tu ejercicio, menos ganas tendrás de hacerlo. Puede que suene como una gran idea ir directo al gimnasio después del trabajo, pero en realidad te sentirás cansada y hambrienta e ir al gimnasio será la última cosa que te den ganas de hacer.
Si es posible, ve al gimnasio en la mañana cuando te sientas fresca y motivada. Lograrás hacer tu entrenamiento de sobra y temprano; y tendrás el beneficio de las endorfinas para sentirte bien luego del ejercicio animándote durante todo el día.
Si no eres una persona madrugadora, trata de hacer tu entrenamiento a la hora del almuerzo en su lugar. Te ayudará a despejar la cabeza después de una mañana ocupada y hará que te sientas revitalizada cuando regreses al trabajo.


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Haz elecciones que involucren más actividad. Además de tus entrenamientos, trata de conseguir pequeños cambios en tu rutina diaria que incrementen tus niveles generales de actividad. Algunos ejemplos incluyen:
Sube las escaleras en lugar de usar el ascensor. Estaciónate más lejos de la entrada de la tienda, de tal manera que tengas que caminar esa distancia extra. Maneja bicicleta en lugar de tomar el auto.
Incluso estos pequeños cambios pueden aumentar de forma significativa la cantidad de calorías que quemas por semana, siempre y cuando los hagas consistentemente.

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