Remedios naturales para el resfriado y la gripe




Muchos padres solían correr a la farmacia en cuanto identificaban la primera señal de resfriado en sus pequeños. Sin embargo, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) advierte que los medicamentos contra la gripe y el resfriado que se venden sin receta médica, no son seguros para los niños menores de 2 años de edad. Dichos medicamentos, señala la AAP, podrían resultar ineficaces o dañinos también para los niños menores de 6 años. 

Ya sea que tu niño tenga tos, gripe o resfriado, puedes probar estos remedios caseros que encontrarás a continuación, los cuales son eficaces y no causarán ningún daño a tu niño. Ten en cuenta que ninguno de estos medicamentos ayudarán a acortar la duración de la enfermedad de tu niño, pero le podrían ayudar a sentirse mucho mejor.

1.- Mucho descanso (todas las edades)

Cómo ayuda 

El cuerpo de los pequeños utiliza mucha energía para combatir las infecciones. Eso podría agotar a un niño (incluso a un adulto). Cuando tu niño descansa, está sanando, lo cual es exactamente lo que necesita. 

Las investigaciones demuestran que también el estrés juega un papel muy importante. Si tu hijo está bajo presión, debido a la escuela, los amigos, o una cuestión en el hogar, dejarlo descansar puede ser precisamente lo que necesita para mejorar sus síntomas. 

Qué necesitas 

Un lugar cómodo para que descanse y algunas cosas para mantenerlo ocupado. 

Cómo hacerlo 

Ahora es el momento de dejar que tu niño vea su programa favorito de televisión o video. También puedes llevarle una nueva caja de crayones y papel para colorear. Incluso puede hacer un rompecabezas en la cama. 

Por supuesto, la cama no es necesariamente el mejor lugar para descansar. Algunas veces, un cambio de ambiente puede ayudar. Si el clima se presta, puede descansar en un lugar cómodo en el jardín o el patio. Si decides que descanse dentro de la casa, idea algo más divertido que la cama, como una tienda de campaña o un rinconcito lleno de almohadones, en un lugar donde lo puedas ver. 

Si a tu niño le cuesta descansar, acompáñalo un ratito y lean juntos algunos cuentos. Enséñale algunas canciones infantiles, que lo motiven a mover sus dedos o las manos (como “Cinco lobitos” o "La araña pequeñita") o deja que hable por teléfono con sus abuelitos.

2.- Vaporizador (todas las edades)

Cómo ayuda 

Respirar aire húmedo ayuda a aclarar la mucosidad de la nariz. Un baño caliente además ayuda a relajar a tu hijo. 

Qué necesitas 

Un humidificador, un vaporizador de aire frío, o un cuarto de baño con vapor. 

Asegúrate de limpiar los humidificadores a menudo, siguiendo las indicaciones del fabricante. Los humidificadores acumulan mucho moho, que podría liberarse en el aire, si no se mantienen limpios. 

Cómo usarlo 

Coloca el humidificador en la habitación de tu hijo mientras esté durmiendo, descansando o jugando en la habitación. 

Dale un baño caliente en un baño con mucho vapor. Deja correr el agua caliente (usando la regadera que usas para bañarte) por unos minutos antes de que llenes con agua la tina del baño. Si tu niño es ya mayorcito puedes dejarlo jugar en el agua por un buen rato, supervisándolo, por supuesto, a menos que sea lo suficientemente mayor como para quedarse solo en la bañera. 

Si tu niño es mayor de 2 años, añade unas gotas de aceite esencial de mentol al agua de la bañera (o al humidificador). Puedes comprar ese tipo de aceite en tiendas de productos naturales o de comida orgánica. Eso le puede ayudar a sentirse menos descongestionado. 

Si no es buen momento para darle un baño, deja correr el agua caliente, cierra del puerta del baño, tapa la ranura de debajo de la puerta con una toalla y siéntate unos 15 minutos con tu hijo (lleva un par de libros o juguetes).

3.- Gotas de solución salina y una perilla de succión (todas las edades)

Cómo ayuda 

Las gotas de la solución salina (agua salada) ayudan a para aflojar la mucosidad y limpiar la nariz de los niños que son demasiado pequeños para sonarse la nariz por sí mismos. Si tienes un bebé, una perilla de goma puede resultarte muy práctica cuando se le dificulte mamar o tomar su biberón, debido a que tiene su naricita tapada. Intenta usarla la perilla unos 15 minutos antes de alimentar a tu bebé. 

Aliviar una nariz congestionada con una perilla de goma funciona mejor con los bebés más pequeños, pero si a tu bebé mayorcito o a tu niño no le importa este procedimiento, puedes hacerlo también. 

Qué necesitas 

Una perilla de goma

Solución salina (agua salada). Puedes comprar botellas de gotas a base de solución salina en la farmacia o bien, puedes hacerla tú misma.

Las gotas de solución salina (o los aerosoles nasales, que se pueden usar en niños mayores de 2 años) las pueden comprar en la farmacia sin receta médica. 

Si quieres preparar en casa una solución salina casera, aquí tienes la receta: disuelve media cucharadita de sal en 8 onzas (236 ml) de agua tibia. Prepara la solución cada día que la vayas a usar y guárdala en una jarra de vidrio limpia y tápala. Las bacterias pueden proliferar en la solución, así que no la guardes durante más de 24 horas. 

Cómo usarla

1.- Inclina suavemente la cabeza de tu bebé hacia atrás y gotea 2 o 3 gotas en cada fosa nasal para reblandecer y despegar la mucosidad. Intenta mantener la cabeza de tu niño hacia atrás durante unos 30 segundos (o menos si es bebé).

2.- Presiona la perilla e inserta con suavidad la punta en su fosa nasal. Algunos doctores recomiendan además, tapar con suavidad la otra fosa nasal con tu dedo para que la perilla succione mejor.

3.- Suelta lentamente la presión de la perilla para que recoja el máximo de mucosidad y de solución salina.

4.- Retira la perilla de su nariz y presiónala de nuevo para soltar la suciedad en un pañuelo.

5.- Limpia la perilla y repite con la otra fosa nasal.

6.- Repite el proceso si es necesario.

No aspires la nariz de tu bebé más de unas cuantas veces al día porque podrías irritar sus membranas nasales. Tampoco uses la solución salina durante más de cuatro días seguidos porque pueden resecar sus fosas nasales, y eso podría empeorar aún más su congestión nasal. 

También puedes usar la perilla sin la solución nasal. Presiona la perilla para sacarle el aire e inserta con suavidad la punta en su fosa nasal. Luego, deja salir el aire lentamente de la perilla para succionar el moco. Saca la perilla de la nariz del niño y limpia cualquier mucosidad en un pañuelo. 

Si tu bebé se encuentra muy incómodo con el uso de la perilla, usa solamente la solución salina y limpia suavemente la entrada de las fosas nasales con un bastoncillo (o cotonete) de algodón. Ten cuidado de no meter el bastoncillo dentro de sus fosas nasales. Este método no tiene el poder de succión de la perilla pero es mejor que nada. 

Precauciones 

No uses descongestionantes nasales en forma de aerosol (spray) en tu bebé. Los doctores no los recomiendan para niños pequeños y por lo general, tampoco para niños más mayorcitos. Los descongestionantes nasales no son eficaces y a la larga pueden ser contraproducentes, porque pueden causar que la congestión empeore.

4.- Pomada para el pecho a base de eucalipto (vaporub) (3 meses en adelante)

Cómo ayuda 

Las pomadas para el pecho ayudan a los niños a dormir mejor por la noche. Quién no recuerda los ungüentos con ese fuerte olor a eucalipto, alcánfor y mentol que nos untaban en el pecho cuando estábamos enfermos en nuestra infancia. Las investigaciones señalan que, en realidad, dichos ingredientes no son eficaces para aliviar la congestión nasal. Sin embargo, podrían lograr que la persona que tiene congestión sienta que respira mejor, debido al frío que producen en la nariz. 

Qué necesitas 

Puedes encontrar pomadas de este tipo fabricadas especialmente para bebés mayores 3 meses. La pomada comercial tradicional para bebés está compuesta a base de petrolato, aceites y eucaliptos. No contiene mentol ni alcánfor, ingredientes que no se deben usar en niños menores de 2 años. 

También existen bálsamos naturales si prefieres usar productos que no contengan petróleo o parabenos. Estas variantes naturales se elaboran a base de áloe, hierbas, cera de abejas y aceites esenciales. Haz una búsqueda en internet sobre "vaporub” ( "vaporú") o palabras similares. También puedes encontrar recetas para hacer tu propia pomada. Intenta buscando receta natural de "vaporú" o algo similar. 

Cómo usarlo 

Masajea la pomada en el pecho de tu niño, el cuello y la espalda. 

Precauciones 

No lo extiendas en áreas sensibles o heridas, ni en la boca, nariz, ojos o cara del niño.

5.- Beber más líquido de lo habitual (a partir de los 6 meses)

Cómo ayuda 

Beber mucho líquido contribuye a evitar la deshidratación y ayuda a descongestionar la nariz. 

Qué necesitas 

Líquidos que le gustan a tu hijo. 

Cómo usarlo 

El agua es un buen remedio, pero a lo mejor a tu hijo no le atrae demasiado. Puedes ofrecerle malteadas o licuados de frutas y otras bebidas saludables. Otra opción son las paletas hechas base de jugo de fruta 100 por ciento natural. 

Precauciones 

Si tu hijo es menor de 6 meses, dale solamente leche materna o de fórmula a no ser que tu doctor te indique lo contrario. Los bebitos de esa edad no necesitan agua, e incluso en grandes cantidades podría resultar perjudicial. (Averigua cuándo es recomendable que tu bebé empiece a beber agua).

6.- Caldo de pollo u otros líquidos calientes (a partir de los 6 meses)

Cómo ayuda

Los líquidos calientes pueden tener un efecto calmante y podrían ayudar a aliviar la congestión. Varios estudios han demostrado que el caldo de pollo alivia síntomas del resfriado como los dolores musculares, la fatiga, la congestión y la fiebre. 

Qué necesitas 

Sopa, té, jugo de manzana, agua u otros líquidos calientes que le gusten a tu niño. 

Cómo usarlo 

Sirve la sopa tibia (que no esté caliente). La sopa enlatada es igual de útil que la casera, según un estudio realizado por la Universidad de Nebraska. Si tu hijo ya cumplió los 6 meses de edad, quizá le agrade un poco de manzanilla tibia. 

Precauciones 

Existen otras infusiones o tés de hierbas que son seguros para los niños, pero consulta con tu médico antes de probar nuevas hierbas, aparte de la manzanilla, ya que no todos los productos "naturales" son seguros. 

Si tu hijo es menor de 6 meses, dale solamente leche materna o de fórmula a no ser que tu doctor te indique lo contrario. Los bebitos de esa edad no necesitan agua, e incluso en grandes cantidades podría resultar perjudicial. (Averigua cuándo es recomendable que tu bebé empiece a beber agua).

7.- Elevar la cabeza (a partir de 1 año de edad)

Cómo ayuda 

Mantener la cabeza de tu niño elevada mientras descansa le ayuda a respirar con más facilidad. 

Qué necesitas 

Toallas o almohadas para elevar la parte superior del colchón, o almohadas para elevar la cabeza de tu niño. 

Cómo hacerlo 

Si tu hijo duerme en la cuna, coloca un par de toallas o una almohada delgada entre el colchón y el soporte para el colchón. No intentes levantar las patas de la cuna porque podría hacerla inestable. 

Si tu hijo duerme en una cama grande, una almohada extra debajo de su cabeza puede servir, pero si se mueve mucho durante la noche, es mejor que eleves el colchón colocando la almohada por debajo del mismo. Eso crea también una inclinación más suave que las almohadas directamente debajo de su cabeza. 

Otra opción: deja que tu hijo duerma en su asiento para el auto. Al igual que a muchos adultos les gusta dormirse en un sillón reclinable cuando están enfermos, es posible que descanse mejor en una posición un poco erguida. De hecho, si tu niño mayorcito necesita estar incorporado mientras duerme, quizá lo haga mejor en un sillón. 

Precauciones 

Tanto si duerme en cuna como en una cama, no exageres demasiado la posición inclinada porque si tu hijo se mueve mucho mientras duerme, podría terminar con los pies por encima de la cabeza, con lo cual este remedio no serviría.

8.- Miel (para niños mayores de 1 año)

Cómo ayuda 

La miel cubre la parte interna de la garganta y produce alivio contra la irritación que provoca la tos. 

En un estudio que se llevó a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Pennsylvania, padres de 105 niños, de entre 2 y 18 años de edad, determinaron que para tratar la tos de sus hijos durante la noche, la miel era más eficaz que el medicamento contra la tos. 



Qué necesitas 


Puedes comprar la miel en cualquier tienda de alimentos. 

La miel suele endurecerse a temperatura ambiente. Para hacerla líquida, pon un par de cucharadas en un contenedor y caliéntala unos segundos en el microondas o al baño maría de 5 a 10 minutos. Tu niño debe tener al menos 1 año de edad para consumir miel. 

Cómo usar este remedio 

Dale a tu hijo media cucharadita de miel. Algunas personas mezclan la miel con agua caliente y le añaden unas gotas de limón, lo que provee Vitamina C a este remedio suavizante. 

Como la miel es un dulce pegajoso, es importante que tu niño se lave los dientes después de tomarla, especialmente si se la das antes de dormir. (Averigua los errores comunes que cometen los padres en cuanto al cuidado dental de sus bebés y niños). 

Precauciones 

No le des miel a un niño antes de su primer cumpleaños porque podría causarle una enfermedad poco común y a veces mortal denominada bolutismo infantil.

9.- Sonarse la nariz (a partir de los 2 años de edad)

Cómo ayuda 

Eliminar mucosidad de la nariz ayuda a tu hijo a respirar y a dormir con más facilidad y generalmente le hace sentir más cómodo. ¡Y también tendrá un aspecto más limpiecito! 

Qué necesitas 

Pañuelos de papel. 

Cómo hacerlo 

Muchos niños no pueden sonarse bien la nariz hasta los 4 años de edad, pero algunos pueden hacerlo ya a los 2 años. 

Consejos para enseñarle a sonarse la nariz

Deja que tu hijo te imite (para algunos niños, esto basta para empezar a hacerlo por sí mismos).

Explícale que el movimiento de sonarse la nariz es como “soplar por la nariz o hacia afuera".

Enséñale a taparse una de las fosas nasales y a soplar aire por la otra. Un espejo o un pañuelo de papel debajo de la nariz le ayudarán a ver el vaho que crea al soplar por la nariz.

Enséñale a que sople con suavidad porque hacerlo con demasiada fuerza puede lastimar sus oídos.

Cómprale su propio paquete de pañuelos infantiles con colores alegres y dibujos divertidos.

Enséñale a tirar los pañuelos sucios en el cesto de basura y a lavarse las manos después de sonarse.

Es importante que le enseñes que no se frote los ojos después de sonarse la nariz para evitar una infección de oído.

Incúlcale a tu niño buenos hábitos de higiene como lavarse las manos o usar un gel desinfectante para que no desparrame los gérmenes.

Si le duele la nariz de tanto sonarse, puedes untarle un poco de vaselina u otro ungüento seguro para niños, en la entrada de las fosas nasales.

10.- Recipiente Neti o Ricornio (mayores de 4 años)

Cómo ayuda 

A través de los recipientes Neti, la solución salina pasa por las fosas nasales para ablandar y eliminar mucosidad de la nariz. Se podría decir que es una forma de irrigación nasal. 

De acuerdo a un reporte europeo, un grupo de investigadores estudió a 400 niños, entre los 6 y 10 años de edad, y encontraron que los descongestionantes nasales en forma de aerosol fabricados con agua de mar mejoraron los síntomas del resfriado, más rápido que los medicamentos estándar contra la gripa. 

No se sabe a ciencia cierta si el agua salada simplemente ayuda a aclarar la mucosidad, o si algunos vestigios en el agua son beneficiales. Aunque otros científicos que analizaron la efectividad de las soluciones salinas nasales también demostraron que estas tienen algunos beneficios. 

Qué necesitas

Los recipientes Neti son parecidos a las teteras para servir el té o a las vasijas muy pequeñas, que sirven para regar las plantas a mano. Este tipo de recipientes están disponibles en las farmacias, en las tiendas que venden productos naturales y en línea. 

Solución salina casera: disuelve media cucharadita de sal en una taza de agua tibia. 

También es importante que tu niño sea mayorcito para que esté dispuesto a que lleves a cabo este procedimiento, el cual no es doloroso, pero al principio puede sentirse un poco raro. Ten presente que este remedio no es para bebés ni niños pequeños. Algunos niños grandecitos (y adultos) tampoco querrán probar este remedio. 

Cómo hacerlo

Procura que la cabeza de tu niño esté encima del lavabo. Luego gira su cabeza de lado y coloca la punta de la trompa del Rinocornio en una de sus fosas nasales. El agua pasará a través de las fosas nasales para ayudar a aclararlas. Puede costarte trabajo al principio, pero una vez que lo hagas varias veces, será fácil. 

Es recomendable que trates de practicar en ti misma este método, antes de enseñárselo a tu hijo. Deja que tu niño vea cómo te haces este lavado nasal, y ayúdalo cuando sea su turno. 

Aquí tienes los pasos básicos: 

1.- Llena el agua el recipiente Neti con la solución salina tibia.

2.- Reclínate ligeramente hacia delante para que tu cabeza quede encima del lavabo. Gira la cabeza hacia un lado y coloca la punta de la trompa del Rinocornio en una de las fosas nasales. El agua entrará por una fosa de la nariz y saldrá por la otra. (Respira por la boca durante el lavado).

3.- Repite los mismos pasos en el otro lado.

Precauciones:

Si tu niño protesta y rechaza este remedio, no lo obligues a hacerlo. Es importante que sea un procedimiento suave para prevenir que el niño se traume y también para evitar daños en sus fosas nasales, en caso de que se mueva mucho.

11.- Gárgaras con agua salada (4 años en adelante)

Cómo ayuda 

Hacer gárgaras con agua salada es una forma tradicional de aclarar la garganta irritada. También ayuda a aclarar la mucosidad de la garganta. Aunque los investigadores científicos no han determinado exactamente por qué funciona, los estudios demuestran que el remedio es eficaz. 

Qué necesitas 

Agua salada y templada. Combina media cucharadita de sal en un vaso de agua caliente y revuelve. Si a tu hijo no le importa el sabor, añade un chorro de limón. 

Tu hijo debe ser lo suficientemente mayor para saber hacer gárgaras. Para muchos niños, esto significa estar en edad escolar o una edad más avanzada. Pero unos niños pueden hacer gárgaras antes. 

Cómo hacerlo 

Lo ideal es hacer gárgaras de tres a cuatro veces al día, mientras tu hijo esté enfermo. Pídele a tu niño que haga gárgaras, solamente si está dispuesto a hacerlo y si le ayuda a sentirse mejor. 

Consejos para enseñar a tu hijo a hacer gárgaras: 

Practica con agua.

Dile que incline su cabeza hacia atrás y que trate de detener el agua en el fondo de su garganta sin tragarla.

Cuando se sienta cómodo haciendo esto dile que intente hacer ruidos con su garganta. Muéstrale cómo se hace y cómo es el sonido.

Enséñale a escupir el agua en lugar de tragársela.

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