Edad a la que habla un niño

¿Cuál es el momento en el que el niño empezará a hablar? Otra preocupación para los padres cuando no se explica bien.

Cuando entendemos el desarrollo de los niños como una sucesión de exámenes de actitud, ver como crece nuestro hijo es una preocupación constante. Ese es el motivo por el que entre los alrededor de 500 artículos que ya he escrito no vais a encontrar ninguna tabla de “hitos del desarrollo”. En la mayoría de los casos sirven sólo para generar ansiedad. Especialmente cuando se entienden de forma rígida.

Cada niño es diferente y en el desarrollo siempre hay que considerarlo en su conjunto.

Hace unos días no pude evitar reirme. Me comentaba una madre que le habían dicho en el control del niño sano que su hijo tenía un problema de desarrollo, porque pasándole la encuesta, punto por punto en plan ITV, la enfermera se alarmó porque el niño aún no apilaba 5 cubos para hacer una torre. La madre, que dicho sea de paso ya tiene claro que las listas de cosas que los niños “tienen que hacer” no son más que simplificaciones absurdas, respondió sin pensarlo: “Pues como le deje el IPad puedes flipar viendo como lo maneja.”
Hay listas del mismo tipo diciendo con qué edad hay que decir cuantas palabras, o frases de qué longitud… No voy ni a mencionar las fechas que suelen dar en esas listas con más frecuencia precisamente para que no le hagáis ni caso.
La cuestión es que por simple comparación, hay niños que empiezan a hablar más tarde. Y son esos padres los que de verdad empiezan a preocuparse por el desarrollo de sus hijos y en los que voy a centrarme.
Hay niños normales que hablan con una claridad asombrosa con poco más de un año y otros que no alcanzan ese nivel hasta los 3 años o más.

La cuestión no es qué hacer para que empiece a hablar cuanto antes.

Sino diferenciar los niños que empiezan más tarde a hablar porque tienen un problema de los que no hablan aún, pero son normales. Y eso para ver si en los que tienen problemas hay algo que podamos hacer para ayudarles.
Hay que tener claro que además en el desarrollo hay muchas habilidades diferentes y que pueden desarrollarse a velocidades muy variables.

Y ¿cómo diferenciamos a los niños con problemas de los que no los tienen? Os puede explicar lo que yo hago:

- Lo más importante: Observa a tu hijo en su conjunto. Si dejas de un lado el tema del lenguaje, dirías que en el resto de habilidades de tu hijo están bien, o incluso por encima de lo que observas en otros niños de su edad. Si es así no te preocupes demasiado. En los niños en los que esto ocurre es importante la siguiente pregunta.
– ¿Entiende lo que le dices? La comprensión del lenguaje se desarrolla antes que el hablar. Cuando un niño tarda en empezar a hablar pero entiende lo que se le dice descarta dos problemas importantes: El primero, que el niño escuche bien. Cuando un niño no atiende a lo que le decimos, hay que investigar es si oye bien. Evidentemente si un niño no oye, no va a desarrollar el lenguaje oral. En eso se puede cometer un error: Un niño puede tener problemas de audición a pesar de que responda a sonidos. Para escuchar, entender y reproducir el lenguaje es necesario escuchar, pero además deben escucharse unas frecuencias concretas que son las que usamos al hablar. Cuando se tienen problemas para oír, lo más frecuente es que el fallo esté en unos sonidos concretos, no en todos. Y algunos niños responden a ruidos muy variados, pero sin embargo no lo hacen al lenguaje. En los niños que retrasan claramente el desarrollo del lenguaje y no parecen entender lo que se les dice, lo primero que os recomiendo es que sea valorado por el Otorrino para descartar problemas de oído. En segundo lugar: Si el niño entiende lo que se le dice es que además de funcionar bien el oído lo hace la zona del cerebro encargada de entender el lenguaje. Así, si un niño no entiende lo que se le dice por encima de los 18-24 meses debe ser valorado por el Otorrino, y si no hay problemas de oído, os recomiendo que lo vea el neurólogo. Pero la mayoría de los niños que no hablan aún con esa edad entienden lo que se les dice. En esos casos, no os preocupéis y dadle su tiempo.
– ¿Dice ya alguna palabra con sentido? Si la respuesta es sí y el resto del desarrollo del niño es normal, es que seguramente todo está bien. Porque si un niño es capaz de reproducir una palabra con sentido, es porque puede oírla, entiende que esa palabra tiene un significado y es capaz de articular el lenguaje. Es decir, que tiene todo lo necesario para que cuando esté preparado y lo necesite, pueda desarrollarse.
– ¿Consigue todo lo que necesita sin necesidad de usar el lenguaje? Muchos niños tardan más en desarrollar el lenguaje porque consiguen lo que necesitan sin necesidad de usarlo. Y eso es en algunos casos un signos precisamente de que el niño es más inteligente y no lo contrario. Yo suelo poner un ejemplo: “Imagina que te vas a vivir a un edificio en las afueras de Moscú, y dentro de 6 meses has conseguido que todos tus vecinos aprendan tu idioma. ¿eso es un signo de falta de inteligencia?” Ante esto hay quien recomienda “incentivar” al niño a usar el lenguaje. Por ejemplo escolarizándolo si no lo estaba o no haciendo caso al niño cuando nos pide algo si no usa el lenguaje.
La cuestión clave es ¿es peor que un niño hable más tarde? o dicho de otro modo ¿debemos forzar el desarrollo del lenguaje? Y la respuesta es que no. Mientras el niño no tenga un problema de oído o neurológico y desarrolle el lenguaje antes de la escolarización no va a suponer un problema. Y si no lo ha hecho, el momento de la escolarización suele incentivar a que se haga ese desarrollo. Evidentemente no hablar puede dificultar su adaptación al colegio, pero precisamente por eso no tiene sentido adelantar la escolarización para acelerar el lenguaje forzando un paso para el que unos meses después el niño estará mejor preparado.

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