Los padres solteros

Los padres sin pareja en México son pocos, pero cada vez crece su número. Cuidan de sus hijos o luchan por tener su custodia. Son 841 mil hombres que viven solos por situaciones de migración laboral, viudez, divorcio, separación o abandono




Los padres solteros existen, aunque nadie los vea o no los quieran ver. Lo dice Elías Chávez, que desde hace un año forma parte de ellos y no tiene apoyos de ningún tipo: en su trabajo no le dan permiso para acudir a las juntas escolares, él es el único sostén económico en su hogar, y en los juzgados hasta se burlan de él.
Se divorció y, por resolución judicial, su ex pareja obtuvo la custodia de los hijos, pero un día ella le dijo que ya no podía más, que era mucha carga y se los dejó.

Los padres solteros en México son pocos, pero cada vez crece el número de hombres que cuidan de sus hijos o luchan por tener su custodia.

Desde el año 2000 comenzaron a aparecer en las estadísticas, y el Consejo Nacional de Población (Conapo) dice que se trata de un sector emergente entre la sociedad mexicana, pero significativo en países europeos.

Se trata de 841 mil hombres que de manera inesperada se convirtieron en padres solteros por situaciones de migración laboral, viudez, divorcio, separación o abandono.



Como padre soltero Elías ha vivido quizá lo que pocos hombres han experimentado.

Afrontó solo la primera menstruación de su hija Montserrat. "Ese día por supuesto no lo esperaba pero ocurrió y como siempre platicamos de todos los temas, tanto ella como yo sabíamos qué se debía hacer en esos casos. Fue sencillo".

También lloró porque un día creyó que su hija Elizabeth, de 15 años, se había extraviado. "Un día la cité en una estación del Metro equivocada y pasé poco más de cinco horas de angustia. Yo la estaba esperando en una estación y ella en otra. Al final una amiga la pudo contactar y cuando la vi obviamente mi hija me regañó y yo llegué a la casa y me puse a llorar por el susto que pasé".

Tiene temores: por ejemplo, el que le provoca el hecho de pensar en que algún día, cada vez más cercano, llegará su hija mayor con la noticia: "Papá, tengo novio".

"No sé qué haría, la verdad. Sólo sé que algún día tendrá que suceder y ya entonces decidiré".

Elías dice que sus hijas hacen más llevadera esta etapa de su vida. "Se han vuelto hasta cierto punto independientes y responsables. No fue complicado adaptarnos".

En su casa todos comparten las labores domésticas. Su día comienza a las 9:00 de la mañana cuando ellas se levantan para hacer su tarea, mientras él sale a trabajar. Entran a la escuela a las 2:00 y su papá las recoge a las 8:00. Llegan a las 9:30 de la noche y a esa hora conversan un poco, cenan y ven un rato la televisión.

"Mi trabajo es complicado, no tengo horarios y tampoco me dan permiso para acudir a las juntas de la escuela aunque me las arreglo... Quisiera que hubiera más apoyo para los padres solteros como guarderías, permisos para faltar al trabajo en caso de enfermedad de los hijos y apoyos económicos porque tal pareciera que no existimos".

El profesor e investigador de la Universidad de Guadalajara, Raúl Medina Centeno, señaló que las cifras de padres solteros van en aumento en los países de occidente por el divorcio, la migración por motivos de trabajo, la enfermedad o muerte de la esposa y el abandono.

El especialista destaca que "dichas circunstancias pueden deberse a la decisión propia o forzada, y caracterizarse por una transición lenta, inesperada o repentina. Esto ha generado cambios radicales en algunos padres, sobre todo en aquellos que han asumido la responsabilidad total de los hijos".



Luchan por ver a sus hijos

El Consejo Nacional de Población (Conapo) asegura que el número de padres solteros aumenta en el caso de aquellos hombres que se divorcian o separan de su pareja y que pelean por tener la custodia de sus hijos. Unos lo logran, otros siguen luchando.

A partir del 1 de enero de 1997, Alejandro Heredia es padre de un niño al que no ve desde hace año y medio.

Es un padre soltero, pero él duda sobre cómo se le puede llamar al hecho de perder a un hijo vivo, aunque después piensa y corrige: "Bueno, tampoco puedo decir que lo he perdido, porque no lo he enterrado".



El matrimonio de Alejandro Heredia comenzó "lleno de ilusiones", pero culminó con una batalla campal en los juzgados. Su relación de pareja terminó el día en que se convirtió en padre "porque mi ex esposa me puso en un segundo plano y todo giraba en torno a mi hijo".

Cuando su hijo cumplió un año, Alejandro Heredia fue víctima de un secuestro exprés y por temor, pidió su cambio en el trabajo a la ciudad de Jalapa, Veracruz.

Su esposa no se adaptó y regresó a la ciudad de México, así que él venía los fines de semana para convivir con su familia. "Pero muchos de esos fines de semana me quedé solo porque la familia de ella salía y se llevaban a mi hijo".

Desde entonces comenzó la disputa entre él que quería ver a su hijo y su esposa que, aconsejada por su familia, decidió terminar con su matrimonio.

Se divorciaron y el juez le dio la custodia del menor a ella y le impuso a Alejandro Heredia un esquema de padre sólo los fines de semana, un régimen de convivencias que le permitía ver a su hijo cada 15 días de 7:00 de la mañana a 9:00 de la noche.

"Pero ella incumplió, escondía al niño y daba decenas de pretextos para no verlo... hasta que lo sustrajeron. La última vez que lo vi a través de la ventana fue el 15 de diciembre del 2003 y le dije que iba a luchar por él".

Llora al decirlo porque no concibe que la mujer que una vez amó ahora lo prive de disfrutar su paternidad.

En enero del 2003 Alejandro Heredia creó la Asociación Mexicana de Padres de Familia Separados donde se reúnen hombres y mujeres que perdieron la custodia de sus hijos y luchan por obtenerla. Exigen que la custodia sea compartida.

De su experiencia, Heredia aprendió algo que ahora aconseja a los padres: que cambien de actitud, se involucren más en la formación de sus hijos, no le dejen toda la carga a las madres, no sean nada más los proveedores, también den afecto, busquen la mediación y no confronten a la pareja ni compitan con ella y sepan que la única diferencia entre el padre y la madre es el sexo porque los hombres también pueden cambiar pañales, ir al mercado, lavar la ropa y hacer de comer.


El siquiatra Nelson Zicavo Martínez, de la Universidad de Bío Bío, en Chile, señaló que para evitar que haya cada vez más padres solteros producto de los divorcios, los padres deben romper con su rol tradicional de proveedor, agresivo, autoritario, no emocional, distante y disciplinador.

"Una de las soluciones es promover socioculturalmente una mayor integración de lo masculino a funciones que no poseen sexo como el contacto y apego paternal con los hijos".

0 comentarios:

Publicar un comentario